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Jordi Borja: «El mercado dejado suelto es destructor de la ciudad»

www.revistateina.com/teina/web/Teina4/dossierjordiborja.htm
Revista Teína, Valencia
nº 4, "Ciudad", 2005

ENTREVISTA A JORDI BORJA
Geógrafo y urbanista

«El mercado dejado suelto
es destructor de la ciudad»

 

Para el geógrafo y urbanista catalán, el mercado no puede actuar sin restricciones en las ciudades. Considera que la ciudad-negocio destruye la ciudad, y reclama que los poderes públicos reduzcan los efectos desequilibrantes que el mercado suelto genera. Y asegura que la ciudad seguirá siendo un espacio de dinámicas y situaciones contradictorias.

Por Lucio Latorre
lucioteina@yahoo.es

 

Entre las muchas temáticas que con marcada lucidez aborda en su libro más reciente, La ciudad conquistada (Alianza Editorial, 2003), Jordi Borja deja en claro la necesidad de limitar el libre albedrío de mercado a la hora de hacer ciudad. Rechaza también la idea de que la sociedad atraviese por un proceso de despolitización, y sostiene que de la ciudad de los próximos años, de la ciudad que está por venir, sólo tenemos tendencias e insinuaciones pero no certezas acerca de cómo será. Sobre éstas y otras cuestiones conversó con teína.

 

- Usted destaca que la ciudadanía es una conquista cotidiana y que la vida social urbana nos exige conquistar constantemente nuevos derechos o hacer reales los derechos que poseemos formalmente. ¿Qué pasa cuando no se ejerce esa ciudadanía, esos derechos, o cuando a numerosos habitantes de las ciudades (como a los sin papeles) se les niega tal posibilidad?

- En la medida, por ejemplo, que no se les reconoce el derecho a voto, tienen menos capacidad de expresión y de presión política; en la medida que no tienen papeles tienen más dificultades para acceder a los servicios, al empleo, etcétera. Por lo tanto, en cierta medida, las personas a las que no se les reconocen esos derechos, no son ciudadanos.

- Señala que la crítica social siempre ha tenido efectos positivos en el momento de hacer ciudad. ¿En épocas de marcada despolitización se puede esperar que ese tipo de movilizaciones sigan y que, en ese caso, consigan los objetivos perseguidos?

- No creo que exista despolitización. Lo que ocurre es que la politización se manifiesta de formas diferentes. Por ejemplo, hay un desapego o una pérdida de confianza en los partidos políticos, pero la gente va a votar de todas formas. Puede haber un cierto desinterés para movilizaciones muy ideológicas y, al mismo tiempo, por ejemplo, aparecen los movimientos antiglobalización, que por cierto son bastante ideológicos. En el caso de las ciudades, como es el caso español, ha habido un proceso de gestión democrática de los ayuntamientos, con demandas y reivindicaciones que antes movilizaban a la gente pero que ahora no ocurre, lo cual está muy bien porque quiere decir que las administraciones públicas prestan unos servicios y responden a demandas importantes de la población. Pero de todas formas, cuando esto no ocurre, aparecen las movilizaciones populares. Ahora la conflictividad vuelve a aparecer. La conflictividad en sí misma no es un mal ni un bien, sino que expresa un desequilibrio entre las ofertas y las demandas de las políticas públicas y sociales.

- En la ciudad multicultural se aprecian mucho estas contradicciones entre las diferentes demandas...

- Las ciudades siempre han sido multiculturales, lo que ocurre es que ahora estamos en la primera fase de una nueva dimensión de multiculturalismo. Las ciudades siempre se han desarrollado en gran parte a través de las migraciones. Los mismos tópicos que hoy se aplican a los magrebíes, años atrás se aplicaban a los murcianos o a los andaluces. Más o menos son los mismos tópicos. Ahora no hay ningún problema entre los catalanes de origen y los españoles provenientes de otras partes de España; en cambio, puede haberlo respecto a otras minorías. De todas maneras creo que eso es algo que no tiene mayor importancia, salvo cuando se utiliza para estimular los comportamientos xenófobos, racistas.

- También advierte de la desigualdad cada vez más creciente que se da entre sectores dentro de una misma ciudad, y cómo, a menudo, vastos sectores son directamente olvidados y ni siquiera reconocidos por las autoridades. Respecto a esto, Manuel Castells se teme que, de no reverse esta situación, las megaciudades tendrán universos paralelos en los que, por un lado, estarán sectores integrados y globalizados, y otros estarán segregados y excluidos. ¿Es eso lo que nos espera?

- Eso no es lo que nos espera, ¡esto es lo que es! Es decir, están mucho más cerca de Madrid, Valencia o Barcelona gente que vive a centenares de kilómetros y que está conectada a las diferentes ofertas culturales, que gente que vive en barrios de esas ciudades y que, sin embargo, están absolutamente desconectados de esas ofertas, de Internet y en general de la vida de ciudadanos. En general, en nuestras ciudades hay sectores que viven en condiciones de exclusión como si no se hubiesen enterado de que la economía y de que el mundo han cambiado porque quedan excluidos y están viviendo con estrategias de supervivencia.

- ¿Ésas son responsabilidades propias, ajenas, compartidas?

- Bueno, es que esto es consecuencia de un sistema de economía capitalista, de la lógica del mercado, de la exclusión política y de la falta de redes solidarias lo suficientemente fuertes en la ciudad.

- Usted es bastante crítico con el mercado...

- El mercado dejado suelto es destructor de la ciudad, porque en sociedades desiguales el mercado tiende a demandas desiguales y segrega estas demandas en los espacios, se crean guetos de ricos, de pobres, áreas funcionales, parques tecnológicos, etcétera. El mercado suelto destruye la ciudad; al mismo tiempo, la ciudad necesita el mercado porque la ciudad es fundamentalmente un lugar de intercambio y el mercado es una forma efectiva de asignar bienes y servicios. Lo que tiene que haber es un poder público que regule este mercado y que reduzca al máximo los efectos desequilibrantes que el mercado suelto genera.

- ¿Cómo se hace para que el poder público no pierda esto de vista?

- Mire, esto es fácil, otra cosa es que se quiera o no se quiera hacer. Es decir, un poder público puede hacerlo a través de fijar condiciones sobre el respeto al espacio público, a través de establecer cesiones de suelo para distintos usos, de no admitir que se hagan operaciones absolutamente homogéneas, que se incluyan viviendas protegidas... se trata de establecer condiciones que obliguen a los sectores privados a actuar respetando ciertos compromisos y ciertos equilibrios en cuanto a espacio público, a equipamiento, a diversidad de ofertas, en cuanto a precios, etcétera.


LA CIUDAD NEGOCIO

- En los últimos años se ha vuelto una constante (y en España sobran los ejemplos de ello) ver cómo numerosas ciudades se han volcado, a veces de manera frenética y precipitada, a construir edificios-emblemas (auditorios, museos de arte contemporáneo, etcétera), a encarar importantes procesos de transformación urbana y a la realización de grandes eventos, con las bienales de Arte como opción más repetida.

- Y ante tanta variedad de proyectos, los resultados también han sido diferentes. Los ha habido muy buenos, como no tanto. Para Borja, «los grandes proyectos en sí mismos no son ni buenos ni malos. Lo que es interesante es que las ciudades más exitosas han tendido en Europa a plantearse grandes proyectos de carácter integral. Es decir, no solamente de carácter urbanístico o de carácter social, sino integrando distintos elementos. Como actuaciones de recuperación de centros históricos, reconversión de áreas industriales, etcétera. Otra cosa es cuando la utilización del producto urbano, del edificio emblemático, cuando esas operaciones buscan crear una imagen de la ciudad, de una zona de la ciudad, a través de un edificio emblemático. Esto en algunos casos ha funcionado muy bien, como en Bilbao con el Guggenheim. En otros casos el edificio se ha adaptado perfectamente al entorno y es un elemento que le da un plus de cualidad, como el Kursaal de San Sebastián. Y también hay otros casos, como es el de Valencia con la Ciudad de las Ciencias y las Artes que me parece que es una operación absolutamente artificiosa en cuanto a su contenido cultural pero también en cuanto a su impacto sobre el territorio. Me parece artificiosa y presuntuosa. Yo no estoy en contra de los edificios emblemáticos, estoy contra esta reducción de la arquitectura a estos edificios y contra esta especie de alianza impía entre el divismo de los arquitectos, la afirmación de poder de los políticos y la ostentación de las grandes empresas».

- Lo que Ud. decía de que está en contra de la ciudad como negocio.

- En la ciudad se tiene que hacer negocios, esto es evidente. Ahora, lo que no se puede hacer es poner a la ciudad al servicio de los negocios, que es una cosa que ahora ocurre bastante en España.

- En su opinión, la ciudad es un espacio de dinámicas contradictorias cuya configuración futura no conocemos con certezas, sino que apenas la intuimos y presagiamos. ¿Cómo trabajar entonces de cara al futuro ante esa incertidumbre?

- La incertidumbre existe siempre en los procesos sociales y por lo tanto en el desarrollo de la ciudad. De lo que se trata es de fijar unos escenarios de futuro deseables a través de un proceso de debate ciudadano entre muchos actores. Decir hacia dónde queremos ir fijando, pues, unos elementos tanto físicos como de actividades, de las funciones de la ciudad... saber un poco cómo queremos que sea la ciudad del año 2010, la ciudad de 2020, y sobre todo concretar algunos proyectos importantes y algunos criterios para avanzar en esa dirección. Es lo que comúnmente se conoce como planeamiento estratégico o cosas parecidas, que es lo que permite tener un marco de referencia y un catálogo de actuaciones deseables. Teniendo esas perspectivas de futuro se trata de encontrar la combinación entre actuaciones concretas deseables y oportunidades para realizarlas.

 

 

¿Quién es Jordi Borja?

Jordi Borja es actualmente director del Máster de Políticas y Proyectos Urbanos de la Universidad de Barcelona, y ha participado en la elaboración de planes estratégicos y proyectos de desarrollo urbano de varias ciudades europeas y latinoamericanas. Lleva la organización del Diálogo Ciudad y ciudadanos del siglo XXI para el Fórum Universal de las Culturas 2004 en Barcelona. Entre los varios libros que ha publicado se destacan Local y Global: la gestión de las ciudades en la era de la información (Taurus Ediciones, 1997) en colaboración con Manuel Castells, y La ciudad conquistada, su publicación más reciente (Alianza Editorial, 2003).
Borja es, en resumen, uno de los urbanistas españoles más importantes y de mayor proyección a nivel mundial.

OBRAS DEL AUTOR

1. URBANISMO EN EL SIGLO XXI: BILBAO, MADRID, VALENCIA, BARCELONA

2. HISTORIA DE CATALUNYA AUTONOMICA (VOL. X)
de RIQUER, BORJA DE y MALUQUER DE MOTE, JORDI. Editorial: EDICIONS 62 2003.

3. HISTORIA DE LA CATALUNYA AUTONOMICA (VOL. IX)
de RIQUER, BORJA DE y MALUQUER DE MOTE, JORDI. Editorial: EDICIONS 62 2003.

4. LA CIUDAD CONQUISTADA
de BORJA, JORDI. Editorial: ALIANZA EDITORIAL, S.A. 2003

5. EL ESPACIO PUBLICO: CIUDAD Y CIUDADANIA
de BORJA, JORDI y MUXI, ZAIDA. Editorial: ELECTA 2003

ENLACES sobre LA CIUDAD

Comunicación fin de siglo

La ciudad multicultural

La multitud y la metrópoli

Ciudades latinoamericanas

La ciudad y la nueva ciudadanía

De la ciudad mediada a la ciudad virtual

La globalización en clave cultural

La ciudad de la nueva economía

Culturas urbanas de fin de siglo

Los unos y los otros en la lucha por la apropiación del espacio.

 


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